Viajera desconocida
Sólo te imploro un racimo
de delicados besos
con los que hollar tu rostro
de henchida belleza,
aquel que se esconde
tras esos ojos anónimos.
Así lo deseo cuando me asomo
al andén de la vida,
y sueño que estás ahí para plasmar
una instantánea de tu imagen
con la que decorar el archivo de mis sueños,
aunque sufra el martirio
de unos ojos desagradecidos.
Del libro "Mujeres, Muxeres" (2004)null
de delicados besos
con los que hollar tu rostro
de henchida belleza,
aquel que se esconde
tras esos ojos anónimos.
Así lo deseo cuando me asomo
al andén de la vida,
y sueño que estás ahí para plasmar
una instantánea de tu imagen
con la que decorar el archivo de mis sueños,
aunque sufra el martirio
de unos ojos desagradecidos.
Del libro "Mujeres, Muxeres" (2004)null
0 comentarios